La llegada de la inteligencia artificial (IA) provocó varios cambios en Hollywood, y mientras algunos cineastas, como Justine Bateman, advirtieron sobre el riesgo de la automatización y el impacto económico que esto tendría en el sector, otros como Cris Valenzuela, CEO de Runway, defienden la IA como una herramienta capaz de democratizar la producción audiovisual.
Por su parte, Bateman asegura que el uso de IA en la industria cinematográfica amenaza con desmantelar el tejido social y económico que sostiene a Hollywood. Según la cineasta, la automatización podría afectar desde el valor inmobiliario hasta el turismo, generando un "desastre económico" en el sur de California.
Además, argumentó que la tecnología permitirá la creación de contenido personalizado basado en datos de visualización, lo que eliminará la necesidad de derechos de autor y transformará la producción cinematográfica en una cadena de montaje sin intervención humana.
En contraste, Valenzuela defiende el potencial de la IA para reducir costos y permitir el acceso a la creación cinematográfica a nivel global. Su empresa, Runway, ya trabaja con estudios como Lionsgate y AMC Networks, facilitando la producción de contenido sin los elevados costos tradicionales.
Según Valenzuela, la IA podría ampliar la diversidad en la industria, permitiendo que voces fuera de Hollywood puedan contar sus historias. "Las mejores historias aún no se han contado porque los mejores narradores quizá no nacieron en Los Ángeles", afirmó en una entrevista con The Verge.
El uso de IA en la industria del entretenimiento provocó varios litigios, principalmente con derechos de autor y el uso de imagen, de hecho, empresas como Runway enfrentan demandas por la utilización de contenido protegido en el entrenamiento de sus modelos.
Para algunos, la IA representa el fin de una era dominada por el talento humano, pero para otros, es el comienzo de una etapa donde la creatividad se expandirá más allá de las barreras económicas y geográficas tradicionales.
Lo que es claro es que Hollywood, como se conoce hoy, está cambiando, y el impacto de la inteligencia artificial en el cine aún está por averiguarse.
