Del “chanclazo” al abrazo: la transformación de la figura paterna en México

Del “chanclazo” al abrazo: la transformación de la figura paterna en México

Foto: FreePik

La evolución de la imagen del padre mexicano en la sociedad ha presentado diversas transformaciones, desde el tradicional “chanclazo” hasta el abrazo; del modelo patriarcal y autoritario a uno más diverso, emocional y equitativo.

 

Históricamente, la figura del padre mexicano en las producciones de antaño, principalmente en la Época de Oro del cine mexicano, se construyó sobre la figura del clásico "macho mexicano": autoritario, proveedor económico, emocionalmente distante y, por supuesto, machista.

 

Diversos roles mostraron al padre como la cabeza indiscutible del hogar, cuya autoridad era incuestionable, y este modelo respondía a una sociedad patriarcal donde los roles de género estaban rígidamente definidos: el hombre como sostén económico y la mujer como ama de casa.

 

 

Era una época en donde el padre era la figura de disciplina, a menudo representado con actitudes severas o violentas; con el rol principal de trabajar y llevar el sustento, con poca participación en la crianza emocional. En muchos casos, se normalizaba la infidelidad o la "doble familia" y la ternura no eran precisamente, atributos asociados al padre.

 

Este estereotipo, aunque idealizado en los medios, también reflejaba realidades de la época, donde el modelo económico y social reforzaba la supremacía masculina. Sin embargo, no todos los padres encajaban en este molde, y las representaciones exageradas a menudo servían para perpetuar normas culturales más que para reflejar la diversidad real.

 

 

Pero a partir de las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, la imagen del padre comenzó a diversificarse en los medios, reflejando cambios sociales. Las producciones empezaron a mostrar padres más complejos, con virtudes y defectos, alejándose del arquetipo unidimensional.

 

Algunas series y películas comenzaron a presentar figuras paternas que, aunque autoritarias, también enfrentan fracasos personales o profesionales. El padre ya no era infalible, podía ser engañado, cometer errores o mostrar fragilidad.

 

Los padres comienzan a aparecer como figuras más involucradas emocionalmente con sus hijos, rompiendo con la idea de que la crianza es exclusiva de la madre. La representación de padres solteros o en contextos no tradicionales refleja una sociedad donde las estructuras familiares se diversifican, suelen ser amorosos.

 

 

Este cambio coincide con el aumento de divorcios, la redefinición de roles de género y una mayor aceptación de la vulnerabilidad masculina. Con el auge de las redes sociales y los influencers, la imagen del padre mexicano ha dado un giro significativo hacia la equidad y la empatía.

 

Diversas plataformas han permitido mostrar modelos de paternidad más diversos y alineados con valores contemporáneos, se muestran involucrados en tareas domésticas, apoyando la igualdad de género y cuestionando, incluso, el machismo.

 

Lo cierto es que la imagen del padre mexicano ha evolucionado de un modelo autoritario y distante a uno más humano y amoroso. Este cambio refleja transformaciones sociales más amplias, como el avance del feminismo, los cambios económicos y la influencia de los medios digitales.

 

 

Sin embargo, la transición no está completa, y aún existen modelos de paternidad contradictorias. La representación actual de los padres, especialmente en redes sociales, apunta hacia una paternidad más diversa, inclusiva y consciente, pero el desafío sigue siendo extender estos valores a todos los sectores de la sociedad mexicana.

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