
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebra una cumbre considerada histórica este 24 y 25 de junio en La Haya, Países Bajos. El encuentro ocurre luego del llamado a un cese al fuego y se desarrolla en un contexto marcado por tensiones geopolíticas crecientes.
Durante la cumbre, la agenda oficial se centra en la presión ejercida por Estados Unidos para incrementar el gasto militar de los países miembros. Desde su regreso a la presidencia, Donald Trump impulsó que los aliados aporten hasta el 5% de su PIB en defensa colectiva. Actualmente, el objetivo establecido desde la cumbre de Gales en 2014 es del 2%, con una fecha límite para 2024.
Numerosos desacuerdos surgieron entre los socios europeos a raíz de esta nueva exigencia. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, calificó la propuesta como "desproporcionada" e "innecesaria". Tras negociaciones con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, España recibió autorización para tener "la flexibilidad para determinar su propia trayectoria soberana con el fin de alcanzar el objetivo de capacidad y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB".
En la misma línea, Bélgica comunicó que no alcanzará el 3,5% de gasto militar que podría incluirse en una próxima declaración conjunta. Mientras tanto, Alemania y Noruega respaldaron el aumento sugerido por Washington, evidenciando divisiones dentro de la Alianza.
Otro eje central de la cumbre es la situación en Ucrania, país que continúa en guerra desde la operación rusa en febrero de 2022. Aunque no se convocó una sesión formal con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sí fue invitado a la cena de honor. Según Rutte, "los aliados proporcionarán más de 35.000 millones de euros (casi 40.000 millones de dólares) en ayuda militar a Ucrania este año".
Actualmente, el 60% del apoyo militar recibido por Kiev proviene de aliados europeos. La OTAN como organización no entrega armamento letal, pero sus miembros lo hacen de forma individual.
En el flanco oriental de Europa, Alemania anunció el despliegue progresivo de una brigada en Lituania hasta 2027. El canciller alemán, Friedrich Merz, declaró que el objetivo es establecer una "disuasión creíble" ante cualquier amenaza del Kremlin. En Finlandia, el mayor general Sami Nurmi aseguró que el Ejército sigue de cerca las maniobras rusas y "es su labor prepararse ‘para lo peor’".
Dentro de los nuevos planes de la OTAN figura la capacidad de movilizar 300.000 efectivos en un plazo de 30 días, ante un ataque terrestre, aéreo, marítimo o cibernético.
Si bien el conflicto entre Israel e Irán no forma parte del temario oficial, su impacto global lo convirtió en tema de conversación entre los líderes. La escalada de tensión tras los ataques israelíes a instalaciones nucleares iraníes, más la respuesta de Teherán y el cese al fuego anunciado por Donald Trump hacen que el tema haya ganado su lugar en la agenda. (NotiPress)