Entre agujas, precios bajos y complicaciones: el otro lado del bótox sin control

Entre agujas, precios bajos y complicaciones: el otro lado del bótox sin control

Foto: Freepik

La Comisión de Salud del Congreso del Estado aprobó una reforma al artículo 259 Quinquies de la Ley Estatal de Salud para prohibir la aplicación de tratamientos estéticos como bótox y ácido hialurónico en peluquerías, spas, gimnasios y salones de belleza sin licencia sanitaria.

 

Esta medida establece que solo profesionales médicos cualificados, como cirujanos plásticos o dermatólogos, podrán llevar a cabo estos procedimientos en establecimientos autorizados, con el fin de garantizar la seguridad y salud de los usuarios, evitando riesgos por prácticas en condiciones no reguladas.

 

El bótox y el ácido hialurónico son dos sustancias ampliamente utilizadas en tratamientos estéticos y terapéuticos, ofreciendo beneficios cuando se usan correctamente.

 

¿Qué es el bótox?

 

El bótox es el nombre comercial de la toxina botulínica tipo A, una proteína purificada producida por la bacteria Clostridium botulinum. Aunque es una toxina, en dosis muy pequeñas y controladas se utiliza con fines médicos y estéticos.

 

Actúa como un neuromodulador, es decir, bloquea temporalmente la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor que permite la contracción muscular, lo que resulta en la relajación de los músculos tratados.

 

El bótox tiene aplicaciones estéticas para la reducción de arrugas dinámicas, rejuvenecimiento facial, corrección de asimetrías faciales, tratamiento de sonrisa gingival y contorno mandibular; así como médicas para tratar la hiperhidrosis, migrañas crónicas, espasmos musculares, estrabismo y espasticidad.

 

Aunque el bótox es considerado seguro cuando lo aplica un profesional capacitado en un entorno regulado, su uso indebido o en manos no cualificadas puede provocar desde riesgos comunes como dolor, hinchazón o hematomas en el sitio de la inyección, hasta ptosis, dificultad respiratoria, inflamación severa, botulismo iatrogénico y enfermedades neuromusculares.

 

¿Qué es el ácido hialurónico?

 

El ácido hialurónico es una molécula de azúcar (polisacárido) que se encuentra naturalmente en el cuerpo humano, especialmente en la piel, los tejidos conectivos y los fluidos articulares. Es conocido por su capacidad para retener grandes cantidades de agua, lo que le confiere propiedades hidratantes y de volumen.

 

En estética se utiliza una versión sintética o estabilizada del AH, que se presenta en forma de gel inyectable, el cual se emplea para rellenos faciales, corrección de arrugas estáticas, hidratación de la piel, perfilado facial y aumento de labios. En el ámbito médico es ideal para el tratamiento de osteoartritis, oftalmología y la regeneración de tejidos en heridas o quemaduras.

 

El AH es biocompatible y generalmente bien tolerado, pero su aplicación en entornos no regulados también puede generar complicaciones graves, como enrojecimiento, hinchazón o sensación de bultos o irregularidades, hasta necrosis tisular, pérdida de visión o incluso un accidente cerebrovascular.

 

También se corre el riesgo de que el AH se desplace a otras áreas, causando deformidades o asimetrías y un aspecto artificial, como labios sobredimensionados o pómulos exagerados.

 

Los costos de los tratamientos con bótox y ácido hialurónico en spas, clínicas o gimnasios suelen ser más bajos en comparación con las clínicas certificadas, pero el riesgo es más alto.

 

Por ejemplo, una sesión típica de aplicación de bótox para tratar áreas como la frente, el entrecejo o las patas de gallo tiene un costo promedio por sesión de 4,000 a 8,000 pesos, dependiendo de la clínica y la cantidad de unidades.

 

Algunas clínicas ofrecen paquetes que incluyen consulta, inyecciones y seguimiento, con precios de 5,400 a 11,200 pesos para tratamientos específicos, como bótox en la frente.

 

Por otro lado, los rellenos de ácido hialurónico en clínicas certificadas de Puebla suelen estar en el rango de 6,000 a 10,000 pesos por jeringa de 1 ml, dependiendo de la marca, el grado de reticulación y la zona tratada (labios, pómulos, surcos nasolabiales). El costo promedio para una sesión de relleno facial es de 8,000 a 16,000 pesos.

 

En establecimientos como spas, gimnasios y salones de belleza, el costo estimado por unidad de bótox está entre los 40 y 120 pesos, es decir, una sesión rondaría entre 1,000 y 4,000 pesos, dependiendo de las unidades utilizadas.

 

En el caso del ácido hialurónico, en estos establecimientos el costo estimado por jeringa está entre 2,000 y 6,000 pesos. Una sesión podría variar de 3,000 a 10,000 pesos, dependiendo del número de jeringas.

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