Empresas de seguridad privada están reguladas, ¿los guardias también?

Empresas de seguridad privada están reguladas, ¿los guardias también?

Foto: Freepik

Tras el episodio violento en Plaza Solesta, donde un ciudadano estadounidense fue asesinado durante un intento de asalto, la Asociación de Centros Comerciales de Puebla (ACECOP) ha solicitado al Congreso del Estado de Puebla una regulación más estricta para las empresas de seguridad privada.

 

La petición se centra en mejorar la capacitación de los elementos de seguridad para garantizar un mejor desempeño y prevenir incidentes similares. Entonces, ¿no está regulada la seguridad privada en el estado?

 

 

La seguridad privada sí está regulada, principalmente a través de la Ley de Seguridad Privada del Estado de Puebla y su reglamento, que establecen requisitos para las empresas y su personal, como registros, licencias y capacitación básica. Sin embargo, tras el incidente, las asociaciones comerciales han señalado que la regulación actual es insuficiente o no se aplica de manera efectiva.

 

Argumentan que se necesita una normativa más estricta y específica para garantizar una capacitación adecuada y homogénea de los elementos de seguridad privada, así como una supervisión más rigurosa para prevenir incidentes violentos.

 

¿Qué requisitos necesita un elemento para poder trabajar en estas empresas?

 

Para trabajar como elemento de seguridad privada, los requisitos pueden variar según la empresa y el tipo de servicio (intramuros, patrimonial, traslado de valores, etc.), pero, en general, se deben cumplir las disposiciones establecidas por la Ley de Seguridad Privada del Estado de Puebla, así como los requisitos específicos de las empresas.

 

Dentro de estos requisitos generales, basados en la normativa para un elemento de seguridad privada, se encuentran:

 

  • Mayoría de edad: Ser mayor de 18 años.
  • Escolaridad mínima: Generalmente se requiere al menos secundaria terminada, aunque algunas empresas pueden pedir bachillerato o preparatoria concluida, dependiendo del puesto.
  • Buena salud y condición física: Los candidatos deben gozar de buena salud y estar en condiciones físicas adecuadas para llevar a cabo labores de vigilancia, rondines o manejo de situaciones de riesgo.
  • Buena presentación y actitud de servicio: Es esencial tener una apariencia profesional y disposición para interactuar con el público o clientes.
  • No estar activo en organismos de seguridad pública: No se permite estar empleado simultáneamente en instituciones policiales o de seguridad pública, ni haber sido dado de baja por causas graves en dichas instituciones.
  • Antecedentes no penales: Presentar constancia de no antecedentes penales, verificada en el Sistema Nacional de Seguridad Pública o el Sistema Estatal de Información sobre Seguridad Pública.
  • Documentación en regla: Los documentos comúnmente solicitados incluyen acta de nacimiento, identificación oficial, CURP, comprobante de domicilio reciente, número de Seguridad Social, RFC y cartilla militar liberada (en el caso de hombres, si aplica).
  • Capacitación: Algunas empresas exigen conocimientos básicos en protección civil, primeros auxilios o manejo de equipos de seguridad.

 

La normativa estatal requiere que los elementos reciban capacitación inicial y continua, validada por la Dirección General de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla. Esto incluye programas de instrucción que cubran las materias, duración y calendario de los cursos.

 

Aunque no siempre es obligatorio, ciertas vacantes pueden requerir experiencia mínima de 3 meses a 1 año en seguridad privada o pública, especialmente para roles especializados como escoltas o supervisores.

 

¿Es bien remunerado este empleo pese a los riesgos?

 

El empleo de seguridad privada ofrece sueldos competitivos en comparación con el promedio local, pero la remuneración no siempre es proporcional a los riesgos involucrados, especialmente en roles básicos. Los guardias con sueldos en el rango bajo, de 6,388 a 7,386 pesos, enfrentan riesgos físicos y sicosociales que no están plenamente compensados, considerando las largas jornadas y la exposición a situaciones potencialmente peligrosas.

 

En roles especializados o en empresas con mejores condiciones, la remuneración es más adecuada, pero sigue siendo modesta en comparación con profesiones de menor riesgo.

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