
La Liga MX vive un proceso de transformación profunda impulsado por la presión para eliminar la multipropiedad de clubes. Este modelo, que durante años permitió a grupos empresariales controlar más de un equipo, comienza a desmoronarse ante las nuevas regulaciones y exigencias internacionales. La reciente venta de los Gallos Blancos de Querétaro por 120 millones de dólares marca un punto de inflexión en esta transición.
La adquisición del Querétaro por parte de la firma estadounidense Innovatio Capital representa un caso sin precedentes tanto por el monto de la operación como por el perfil del comprador, lo cual abre la puerta a una nueva era de inversión extranjera en el futbol mexicano. A este movimiento se suma el anuncio de Grupo Orlegi, actual propietario del Atlas y Santos Laguna, que ha puesto oficialmente en venta al Club Atlas con la intención de evitar sanciones por la doble propiedad.
Este panorama obliga a mirar con atención a otros conglomerados que aún mantienen más de un club en su poder. Grupo Pachuca, que controla tanto al Club León como al Club Pachuca, ya ha manifestado su intención de desprenderse de uno de sus equipos para cumplir con la normativa. Todo indica que será el León el elegido para ser vendido, decisión que cobra fuerza luego de que la FIFA excluyera al equipo guanajuatense del Mundial de Clubes 2025 por no cumplir con los criterios de propiedad únicos.
Por su parte, Grupo Salinas, propietario de Mazatlán FC y Club Puebla, también estaría bajo presión para deshacerse de uno de sus equipos. De acuerdo con versiones recientes, el Club Puebla ya estaría en proceso de venta, con al menos dos ofertas firmes sobre la mesa y una posible aprobación por parte de la Asamblea de Dueños en los próximos meses. Mazatlán, aunque por ahora se mantiene en manos del grupo, podría seguir el mismo camino si se endurecen aún más las restricciones.
La eliminación de la multipropiedad es un paso necesario para profesionalizar la Liga MX y alinearla con estándares internacionales. Sin embargo, estos cambios también implican un reordenamiento profundo de intereses económicos, propiedad de marcas deportivas y proyectos a largo plazo. La transformación apenas comienza, y los siguientes meses serán clave para conocer qué nuevos rostros llegarán a tomar las riendas de varios clubes históricos del futbol mexicano.