
El gobierno australiano prohibió el acceso de menores de 16 años a YouTube, sumando esta plataforma a la lista de redes sociales restringidas para adolescentes en el país. Durante una conferencia de prensa, el primer ministro Anthony Albanese, explicó que esta medida responde a las recomendaciones de la comisionada de eSafety, el ente regulador de seguridad en internet.
Aseguró que la decisión se fundamenta en investigaciones llevadas a cabo por eSafety, que revelan que YouTube es la plataforma más utilizada por los jóvenes australianos, pero también aquella donde se registran más casos de perjuicio derivados de su uso. El informe destacó que funciones como la reproducción automática, el contenido sin fin y las recomendaciones algorítmicas están asociadas a los riesgos que la nueva legislación busca reducir.
Además, el organismo regulador advirtió sobre el impacto de los videos en formato corto, que podrían fomentar un consumo excesivo y sin interrupciones. Estas características, según eSafety, contribuyen a una experiencia digital que puede resultar perjudicial para los menores, al promover hábitos de uso compulsivo y dificultar el control parental.
Australian Prime Minister Anthony Albanese has reassured parents that “we’ve got your back” following the government’s announcement to include YouTube in its world-first social media ban for under-16s.
— 10 News (@10NewsAU) July 30, 2025
Speaking to the media in Canberra on Wednesday, Albanese said, “We want… pic.twitter.com/rEvA9hn6QA
La medida entrará en vigor desde el 10 de diciembre y se suma a las restricciones que el gobierno aplicó desde noviembre de 2024 a plataformas como Facebook, Instagram, Snapchat, TikTok y X. Todas estas redes sociales fueron clasificadas por Canberra como “plataformas con restricción de edad”, esto como parte de los esfuerzos para establecer un estándar mínimo de protección para los usuarios más jóvenes.
Asimismo, las empresas tecnológicas que no logren detectar y bloquear el acceso de menores de 16 años serán sanciones severas, con multas que podrían alcanzar hasta 49.5 millones de dólares australianos, equivalentes a 32 millones de dólares estadounidenses.
En respuesta a la medida, YouTube emitió un comunicado en el que afirma compartir el objetivo de reducir el daño en línea. Sin embargo, la compañía aclaró que no se considera una red social, sino una plataforma para compartir videos con una biblioteca de contenido gratuito y de alta calidad, cada vez más consumida en pantallas de televisión.