Solo en tres ocasiones se confirmó el paso de objetos interestelares provenientes de sistemas estelares ajenos al Sol. Durante siglos, estos viajeros cósmicos escaparon a toda detección posible debido a sus trayectorias rápidas y posiciones remotas dentro del cielo observable.
Durante diciembre de 2025, el cometa 3I/Atlas alcanzará su mayor aproximación a la Tierra, a unos 267 millones de kilómetros. Aunque no será visible sin instrumentos astronómicos, su proximidad permitirá un monitoreo detallado mediante telescopios de alta capacidad ubicados en diversas regiones del planeta.
Tercer visitante de este tipo, 3I/Atlas fue identificado tras la detección de 1I/‘Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. Con esta secuencia de hallazgos, se abrió una nueva línea de estudio sobre cuerpos formados más allá de la influencia gravitacional del sistema solar.
Detectado por el telescopio Pan-STARRS1 desde Hawái, ‘Oumuamua posee una forma alargada sin precedentes. Se estima que su estructura alcanza 400 metros de largo, y se extiende unas diez veces más que su ancho máximo, una proporción inédita entre cuerpos conocidos hasta ahora.
Las observaciones mostraron un cambio de brillo inusual, asociado a su rotación axial. Karen Meech, del Instituto de Astronomía de Hawái, declaró: "Esta variación inusualmente grande en el brillo significa que el objeto es muy alargado: aproximadamente diez veces más largo que ancho, con una forma compleja y sinuosa". Investigaciones indicaron ausencia total de polvo y actividad cometaria.
Distinto al anterior, 2I/Borisov exhibió características similares a las de un cometa tradicional. Su descubrimiento fue realizado por Gennady Borisov, astrónomo aficionado de Crimea, quien lo identificó en agosto de 2019, dando pie a una campaña de observación internacional sin precedentes para un objeto de origen interestelar.
Igualmente, el telescopio Hubble captó una coma de gas y polvo envolviendo su núcleo, junto con señales de fragmentación. David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles, señaló: "Mientras que 'Oumuamua parecía una roca, Borisov es realmente activo, más parecido a un cometa normal. Es un misterio por qué estos dos son tan diferentes".
Diversas agencias internacionales y redes científicas especializadas planifican campañas coordinadas para seguir la trayectoria de 3I/Atlas. La Agencia Espacial Europea (ESA) y la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) confirmaron campañas conjuntas destinadas a probar sistemas de rastreo y mejorar tiempos de respuesta ante trayectorias imprevistas.
Según el Hubble, el núcleo de este cometa mide entre 300 metros y 6 kilómetros. Su composición incluye materiales volátiles que se subliman a temperaturas elevadas, y su cola presenta alteraciones estructurales según la intensidad de radiación solar que recibe durante su desplazamiento.
Próximo a abandonar el sistema solar en enero de 2026, este objeto representa una oportunidad única para validar instrumentos, mejorar metodologías de observación y registrar materiales no originados en el entorno planetario controlado por el Sol. Aunque no podrá verse a simple vista, su presencia será cuidadosamente seguida por la comunidad astronómica global. (Notipress)