Los expertos en autos clásicos coinciden en que México ha sido tierra fértil para el amor a los motores. Desde la década de los 50, tres marcas han dejado una huella profunda en las calles y en la memoria de los coleccionistas: Volkswagen, Ford y General Motors (Chevrolet).
Estas compañías no solo definieron una época, sino que marcaron el rumbo de la industria automotriz en el país.
Luis Argüelles, presidente de la Asociación Mexicana del Automóvil Antiguo en Puebla (AMAAP), explicó en entrevista para Imagen Poblana que estas tres marcas son símbolo de permanencia, diseño y confiabilidad, cualidades que les han permitido mantenerse vigentes durante más de siete décadas.
"Evidentemente Volkswagen de los años 50; hoy, tienes Ford, que existe desde 1925 y evidentemente tienes General Motors que está en México desde 1936. Son marcas, que sobreviven al día de hoy, con gran trascendencia".
Ford, dijo, fue una de las primeras compañías en revolucionar la industria. Fundada por Henry Ford en 1903, la empresa cambió la historia de la movilidad al introducir la producción en serie, un modelo que permitió fabricar vehículos accesibles para el público. El icónico Ford Modelo T, producido entre 1908 y 1927, superó los 15 millones de unidades vendidas, consolidándose como un símbolo de confiabilidad y progreso.
En el caso de General Motors, Argüelles mencionó que la historia inicia en 1911 con los hermanos Chevrolet y su visión de crear automóviles potentes y duraderos. La empresa llegó a México en 1936, y con el paso de los años construyó un imperio de líneas y marcas bajo el nombre de General Motors Company, que posteriormente evolucionó a General Motors Corporation.
Bajo la dirección de figuras como William Durant y con el respaldo financiero de la familia Dupont, GM se convirtió en uno de los gigantes automotrices más influyentes del siglo XX.
Por su parte, Volkswagen nació con una idea sencilla pero poderosa, fabricar un automóvil accesible y funcional para el pueblo. El famoso “auto del pueblo” se convirtió en un fenómeno mundial y, en México. "Hoy, el grupo VAG tiene una infinidad de marcas, impresionante y en expansión, más un reordenamiento.
Argüelles subraya que el éxito de estas marcas en México se debe a su capacidad de adaptación a las necesidades del consumidor y a la confianza que generan, refiriendo que el factor esencial es la confiabilidad que tuvieron desde su nacimiento, y es precisamente esa confianza, la que las ha mantenido vivas y presentes en la historia del automóvil en México.
Además, estas empresas no solo marcaron tendencias en el mercado, sino que también impulsaron el desarrollo industrial del país. La instalación de plantas ensambladoras y la generación de miles de empleos consolidaron a México como uno de los principales productores automotrices de América Latina.
Argüelles aseguró que no todas las marcas que llegaron al país corrieron con la misma suerte, recordando que firmas como Packard, Studebaker y Oldsmobile, que alguna vez tuvieron presencia en México, desaparecieron del mapa automotriz.
“Hoy ya no los vemos, ni los veremos en ninguna parte del mundo, pero estuvieron aquí y dejaron huella”, comentó.