En el marco del Día del Patrimonio Mundial que se celebra el 16 de noviembre, Puebla destaca por su riqueza cultural, con varios sitios, tradiciones y expresiones reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Estos abarcan tanto bienes tangibles como inmateriales, reflejando la fusión prehispánica, colonial y contemporánea del estado.
Dentro de los sitios tangibles se encuentra el centro histórico de Puebla, el cual fue fundado en 1531 y es uno de los primeros sitios mexicanos inscritos. Conserva una traza renacentista única, con más de 2,600 monumentos, fachadas de talavera, la Catedral barroca y la Biblioteca Palafoxiana, la más antigua de América.
Cuenta también con el título de los "Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl", un conjunto de conventos que fueron inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, distribuidos en los estados de Puebla, Morelos y Tlaxcala. Por el lado poblano se encuentran los conventos de Huejotzingo, Calpan y Tochimilco.
El "Valle de Tehuacán-Cuicatlán: Hábitat Originario de Mesoamérica" es un sitio de Patrimonio Mundial Mixto de la UNESCO, declarado en 2018, compartido con Oaxaca. Es reconocido tanto por su valor natural como cultural, se destaca por ser la zona árida o semiárida con mayor biodiversidad de América del Norte, albergando los bosques de cactus columnares más densos del mundo, y por la evidencia arqueológica de la domesticación temprana de cultivos como el maíz.
La Ceremonia Ritual de los Voladores, inscrita como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009, es una práctica ancestral de los pueblos indígenas de México, incluidos los totonacas, nahuas, otomíes y huastecos, que simboliza fertilidad y conexión con lo divino.
Aunque los Voladores de Papantla en Veracruz son los más conocidos, la ceremonia se practica en diversas comunidades de México, incluyendo Cuetzalan del Progreso, Puebla.
En 2019, la UNESCO inscribió los "Procesos artesanales para la elaboración de la Talavera de Puebla y Tlaxcala y de la cerámica de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, España" como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Reconoce la técnica ancestral de cerámica mayólica con esmaltes estanníferos y colores característicos.
La Cocina Tradicional Mexicana, inscrita en 2010 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, es un reconocimiento a un sistema vivo de saberes agrícolas, prácticas rituales, conocimientos ancestrales y técnicas culinarias colectivas. Aunque el paradigma se centra en Michoacán, Puebla es un pilar fundamental por su fusión única de tradiciones prehispánicas, virreinales y contemporáneas. Entre los platillos y prácticas emblemáticas poblanas está el mole poblano, los chiles en nogada, las cemitas, las chalupas y la temporada de insectos como chicatanas y escamoles.
Puebla es uno de los estados con mayor concentración de reconocimientos UNESCO en México, solo detrás de la Ciudad de México y Oaxaca. Estos bienes no solo preservan la identidad poblana, sino que impulsan el turismo sostenible y el orgullo local.