Ser prodigio de niño no asegura el éxito en la adultez, revela estudio

Ser prodigio de niño no asegura el éxito en la adultez, revela estudio

Foto: FreePik

Individuos que alcanzan niveles más altos de rendimiento humano en adultez no suelen ser los jóvenes prodigios más destacados, sino aquellos que desarrollaron habilidades mediante una práctica temprana más diversa y progresiva. Así lo concluyó una revisión publicada el 18 de diciembre de 2025 en la revista Science (Vol. 390, Núm. 6779), elaborada por Arne Güllich, Michael Barth, David Z. Hambrick y Brooke N. Macnamara.

 

La investigación analizó datos de más de 34,000 individuos de alto rendimiento internacional, entre ellos premios Nobel, músicos clásicos reconocidos, campeones olímpicos y los mejores ajedrecistas del mundo. Según los hallazgos, "los deportistas con un rendimiento excepcional temprano y los que aparecen posteriormente dentro de un dominio rara vez son los mismos individuos". En concreto, cerca del 90% de los mejores jóvenes y adultos en disciplinas como ajedrez o deportes internacionales pertenecen a grupos distintos a lo largo del tiempo. El estudio identifica una correlación negativa entre alto rendimiento temprano y máximo rendimiento adulto.

 

Además, los investigadores identificaron que el rendimiento máximo adulto se correlaciona negativamente con el rendimiento temprano. "La mayoría de los mejores triunfadores demostraron un rendimiento inferior al de muchos compañeros durante sus primeros años", señala el estudio.

 

El análisis también encontró diferencias sustanciales en las trayectorias de práctica. Mientras jóvenes excepcionales se enfocan en disciplina específica con progreso acelerado, adultos de élite muestran un patrón opuesto: "una mayor práctica multidisciplinaria temprana, una práctica específica limitada y un progreso gradual" en su desarrollo inicial.

 

Este patrón fue consistente entre dominios como ciencia, música, deportes y ajedrez. Por ejemplo, entre los científicos premiados y músicos reconocidos, también se observó que las prácticas variadas en etapas tempranas contribuyeron a un rendimiento más alto en la adultez. Las conclusiones desafían enfoques tradicionales centrados en especialización temprana, como los de programas académicos o deportivos juveniles de élite, que priorizan el alto rendimiento inicial.

 

Entre las explicaciones sugeridas por los autores figuran tres hipótesis: búsqueda y emparejamiento, capital de aprendizaje mejorado y riesgos limitados. Estas apuntan a que explorar múltiples campos facilita el desarrollo de habilidades transferibles, permite un aprendizaje acumulativo más robusto y reduce el riesgo de estancamiento o desmotivación al especializarse demasiado pronto.

 

Según el estudio, estas evidencias pueden informar el diseño de programas educativos y deportivos más eficaces. Los autores concluyen que "los científicos pueden mejorar las teorías, los administradores de programas pueden promover prácticas basadas en la evidencia y los responsables políticos pueden asignar mejor los fondos". (NotiPress)

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