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En este espacio lo advertimos hace semanas: la integración de un grupo de gobernadores enemistado con el presidente fue un evento aprovechado de manera estratégica por el gobernador Miguel Barbosa Huerta para aumentar su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Decíamos en este espacio que Barbosa Huerta siempre se ha manejado con el comportamiento de un tribuno. Su crecimiento en la política nacional ha sido a través de los acuerdos palaciegos, de la teoría del poder, de los grandes pasillos legislativos.
En esos escenarios, más que arengas o canciones -como ocurre con los candidatos-, se requiere habilidad política para “tejer fino” y comenzar a establecer acuerdos con otros políticos de influencia.
Bajo tal escuela creció el gobernador de Puebla. Avezado en el tema, el mandatario determinó una ruta, su “Operación Barbosa” para empedrar a su gestión frente al presidente y al mismo tiempo presentarse como uno de los gobernadores más leales.
La estrategia dio frutos y, en la misma junta auxiliar donde falleciera hace casi 100 años Venustiano Carranza, el presidente le reconoció como uno de sus mejores gobernadores.
Barbosa Huerta fue hábil hace semanas. Leyó de manera anticipada que los gobernadores liderados por los aspirantes a la presidencia de la república, como Enrique Alfaro o Francisco Cabeza de Vaca, iniciarían una ofensiva política contra el mandatario federal.
Con reflejos políticos, los que aprendió en sus años por los pasillos del poder, convocó a otros gobernadores emanados de Morena para solidarizarse con el presidente.
Al mismo tiempo, aprovechaba sus conferencias matutinas para mandar mensajes de respaldo al presidente López Obrador y también para cargar contra los críticos del mandatario federal.
Les evidenciaba: sus ataques no obedecen a un tema público, sino a una agenda política.
Con ese “uno, dos” de argumentos, el gobernador Barbosa rápidamente se colocó entre los gobernadores más leales al presidente.
Esa lealtad viene de la mano con el apoyo político para proyectos y construcción de gobernabilidad.
Faltaba menos, solo hay que leer esta versión estenográfica del mensaje que este fin de semana le dirigió el presidente al gobernador.
Hay respaldo, evidentemente.
Pero este apoyo fue construido mediante la “Operación Barbosa”, esa que le llevó al Senado al hoy gobernador poblano.
